
Al bajar del autobús, nos hicieron entrega de mapas en frente de la Puerta de la Justicia, la entrada principal a la Alhambra.
Allí escuchamos el rumor del agua, que para los musulmanes era uno de los sonidos que mas les agradaban. También nos contaron diferentes leyendas de esta puerta. Atravesamos sus recodos y llegamos al palacio de Carlos V, donde nos dijeron lo más importante sobre él. De ahí llegamos a las ruinas de la madrasa, (la escuela) y del mexuar (sala de reuniones) y después al Palacio de Comares, que en su patio tenía una alberca que reflejaba totalmente el palacio, parecía haber sido duplicado.
De allí nos dirigimos al Palacio de los Leones y vimos sus diferentes salas, aunque no todas. Era la primera vez que veía los leones restaurados. Antes de desayunar, vimos el Palacio del Partal. Nos quedamos una media hora enfrente de la alcazaba. Vimos la Puerta del Vino y la visión general de la alcazaba y yo expliqué junto con mi compañero de viaje Miguel el Barrio Castrense, las puertas de las Armas y Tahona, las barbacanas, la Torre Albarrana y el aljibe. Nos adentramos y subimos a la Torre de la Vela, lo que sin duda más me gustó de la visita, por sus inigualables vistas de toda Granada. Nos explicaron las principales calles y nos enseñaron la Medina. Terminamos nuestro viaje en los Jardines del Generalife, donde estuvimos, durante quince minutos, apreciando las bellas flores que albergaba.
Si diese un consejo sería sin duda contar con el tiempo suficiente para disfrutar del Generalife también, ya que se requiere bastante para vez la Alhambra.
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